Transhumancia by C Rodriguez Lanfranco

-Trashumancia-

Allí se ubicaron en un improvisado toldo levantado con ramas de calafate,
apoyados bajo una gigantesca roca
que le daba la espalda al viento que corría desde el NorEste
y que traía las nubes del Atlántico.

La fogata ardió esta vez a cargo Ocetán
quien no tardó en reunir material combustible
para alimentar las llamas
y depositar cuidadosamente sobre el suelo
los hongos recolectados durante su pasada
por los faldeos de la Sierra Boquerón.

Extrajo de su bolsa (mujii)
los hongos y raíces que forman la dieta
invernal del fueguino
hongos que crecen sobre el suelo
esponjoso de los pantanos
donde sus raíces pequeñas se internan
quedando solo visible la parte superior
algo más colorida por la acción de la luz.

El sabroso shanamain, el suave y
transparente Ahuichi, cubierto de pintas blancas y rojas
la chahuata que crece allí en todos los árboles vivos
y el lechoso chagadakaamáin
que sabe muy bien asado
cubierto entre las cenizas calientes del fuego.

Mientras los ojos de ella ardían en la noche
Selcha hurgueteó en el componente mineral
que formaba las rocas
y con el pehí (cuchillo) raspó hasta dar con una veta
de marcado tono rojizo que llamó su atención
por la inusual extensión que ocupaba en la superficie del granito

Derritiendo luego un trozo de grasa de guanaco
y separando la roca del pigmento, mezcló ambos
logrando una masa colorida y viscosa
que afinó machacándola en un improvisado mortero
ubicado en la roca.

Untó los dedos en la pintura tibia
dibujando primero en su cuerpo y
luego en el de su pareja desnuda
la simbología de su clan
y mientras el silencio de la noche
se apoderaba de ese paisaje solitario,
se alimentaron bajo las estrellas,
al alero de estos grandes bloques
abandonados por antiguas glaciaciones
sobre la inmensidad de la pampa,
allí donde durante milenios
la luz de la luna recortaba sus pálidas siluetas graníticas
en el azul de la noche,
anunciándolas mucho más inmensas y misteriosas
que durante los angostos días antárticos.

Entonces
sólo el aullido de algún animal nochero
se hacía sentir muy lejano
trazando su oscuro guión en la noche,
y pronto ambos se durmieron
abrazados por la naturaleza que sabiamente
todo lo acoge

-DCXCI-

“Trashumancia”, poema inédito del libro “Cuando la Tierra se Acaba”,
de Claudio Rodriguez Lanfranco.

written by ©CLAUDIO RODRIGUEZ LANFRANCO

CLAUDIO RODRIGUEZ LANFRANCO

born in Valparaíso in 1968. After living in Patagonia and in the United States, a product of a scholarship, his first painting exhibitions back to the nineties in Valdivia. Later he moved to Santiago and the Fifth Region, where his visual and literary work materializes in a body of work that addresses different forms of expression, such as painting and drawing, experimental and documentary video, visual poetry and muralism, with public art projects installed in Santiago, Valparaíso. As a visual artist he has exhibited his paintings in 15 solo shows and in more than 60 group shows in Chile, Europe and the United States, and his poetic texts have been published in regional, national and international poetry collections, his work being awarded in different state funds for artistic creation such as Fondart, Cntv, Fondo Carnavales Cultural Centers of Valparaíso, among others. Currently the painter lives and works between Valparaíso, Santiago and Concón, where he develops his artistic projects and teacher training, being in charge of university graduates, painting and mural workshops, becoming a teacher for generations of students and artists who have worked with him.

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